Con la llegada del buen tiempo aumenta nuestra necesidad de movernos al aire libre, sobre todo, porque pasamos demasiado tiempo en espacios interiores, sin recibir luz natural ni respirar aire puro.
La brisa del mar, los rayos del sol y el sonido relajante de las olas rompiendo en la playa crean el entorno perfecto para la relajación y la conexión con nuestro interior. Practicar yoga en la playa es una experiencia que potencia los innumerables beneficios de esta disciplina milenaria, te aportará armonía y bienestar, aumentará tu energía vital y te sentirás más consciente, conectad@ y en paz contigo mism@.
- El sonido suave y ritmico de las olas del mar relaja el sistema nervioso y reduce las tensiones emocionales y el nivel de estrés.
- La brisa marina cargada de iones negativos y de yodo oxigena el organismo, estimula el metabolismo celudar y fortalece nuestro sistema inmunológico.
- El contacto de los pies con la arena aumenta nuestra conciencia corporal, y la luz solar ayuda a regular el ritmo circadiano de vigilia-sueño, favoreciendo la concentración durante el día y un buen descanso durante la noche.
- Recibir los rayos del sol en la playa en las primeras horas de la mañana nos aporta la Vitamina D necesaria para la asimilación del calcio, y contribuye a la formación y buen estado de los huesos.
- Cuando practicamos asanas en una superficie irregular como la arena se realiza una mayor contracción de toda la musculatura, se formalecen los músculos estabilizadores y los ligamentos. Y, al mismo tiempo, al ser un terreno más blando, los tendones se somenten a una menor exigencia elástica. Además, la inestabilidad en el apoyo provoca una mayor estimulación propioceptiva, mejorando el equilibrio.
- La exposición al sol de forma moderada mejora nuestro estado de ánimo al aumentar los niveles de serotonina, conocida como “hormona de la felicidad”, actúa como antidepresivo natural y también ayuda a que te sientas tranquil@ y seren@.
Presenciar un amanecer o un atardecer en la playa, es una experiencia mágica que nos conectará con la energía solar. Los defensores de esta técnica conocida como “sungazing”, sostienen que el ojo humano posee algún tipo de células fotovoltaicas capaces de convertir la energía solar en energía vital.
En la filosofía del Yoga, el sol, la principal fuente de luz, es considerada como un símbolo de consciencia e iluminación, por lo que, además de todos los beneficios físicos que esta práctica proporciona, también podemos considerar el saludo al sol o “Surya Namaskar” como una metáfora del despertar de la luz interior –consciencia suprema– que reside dentro de cada practicante.
Si aún no has experimentado estos efectos, te animamos a que nos acompañes en nuestro próximo retiro de yoga y senderismo en Cabo de Gata, practicaremos el yoga al amanecer en la preciosa y apacible cala de Agua Amarga, y nos conectaremos con los cuatro elementos, agua, tierra, aire y fuego.